noviembre 21, 2010

PUEBLO DE REYES de Lucien Deiss.

Pueblo de reyes, asamblea santa, pueblo sacerdotal, 
pueblo de Dios, bendice a tu Señor.

Te cantamos, oh Hijo amado del Padre;
te alabamos, eterna Palabra, salida de Dios;
te cantamos, oh Hijo de la Virgen María;
te alabamos, oh Cristo nuestro hermano, nuestro Salvador.

Te cantamos a Ti, esplendor de la Gloria;
te alabamos, Estrella radiante que anuncias el día;
te cantamos, oh Luz que iluminas nuestras sombras;
te alabamos, Antorcha de la nueva Jerusalén.

Te cantamos, Mesías que anunciaron los Profetas;
te alabamos, oh Hijo de Abraham e Hijo de David;
te cantamos, Mesías esperado por los pobres;
te alabamos, oh Cristo nuestro Rey de humilde corazón.

Te cantamos mediador entre Dios y los hombres;
te alabamos, oh Ruta viviente, camino del cielo;
Te cantamos, Sacerdote de la Nueva Alianza;
te alabamos, Tú eres nuestra paz por la sangre de la cruz.

Te cantamos, Cordero de la Pascua eterna;
te alabamos, oh Víctima que borras nuestros pecados;
te cantamos, oh Templo de la Nueva Alianza;
te alabamos, oh Piedra Angular y Roca de Israel.

Te cantamos, Pastor que nos conduces al Reino;
te alabamos, reúne a tus ovejas en un redil;
te cantamos, oh Cristo manantial de la gracia;
te alabamos, oh Fuente de agua viva que apaga nuestra sed.

Te cantamos, oh Viña plantada por el Padre;
te alabamos, oh Viña fecunda, nosotros tus sarmientos;
te cantamos, oh Cristo maná verdadero;
te alabamos, oh Pan de la vida que el Padre nos da.


Te cantamos, Imagen de Dios invisible;
te alabamos, oh Rey de justicia y Rey de paz;
te cantamos, Primicias de aquellos que duermen;
te alabamos a Ti el viviente, Principio y Fin.

Te cantamos. Tú eres exaltado en la gloria.
Te alabamos a Ti, que vendrás a juzgar la tierra.


septiembre 05, 2010

Déjame tomar asiento



Déjame tomar asiento
en tu preciosa canoa
y poner al cielo proa
navegando por el viento.
Muévame el Divino Aliento
con su poderoso brío.
Éntrame en tu claro río
y súbeme a los alcores
dónde ángeles ruiseñores
abren las albas del pío.

¿Qué pie pusiste primero
en la barca temblorosa?
¿Qué huella de austera rosa
marcó con fuego el madero?
Tu cuerpo tornó ligero
lo que el peso ya vencía,
pues parece que vacía
la ingrávida barca vuela
dejando impoluta estela
por donde pasa María.

Letra de Emilio Ballagas y música de José María Vitier

Aquí han estado de...

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